Una gestión matemática para los Menas
El reusense y catedrático Jaime Gil Aluja ofrece un algoritmo que optimiza la asignación de los menores inmigrantes a diferentes destinos y administraciones tutelares en función de sus características
La mirada
Hablas con cualquier pagès y, sequía aparte, la queja recurrente siempre es la del exceso de burocracia que los ahoga. Gravitan sobre sus espaldas, y las de quienes la pagamos con impuestos, una intrincada superposición de administraciones.
Tenemos ayuntamientos (en las grandes ciudades, además, con sus distritos y en algunos pueblos, pedanías); comarcas y sus consejos comarcales; delegaciones varias de conselleries diversas y mutantes; diputaciones y lo que queda, aunque ya sea poco, de las del estado. Y todas con un rico entramado de disposiciones, normativas y regulaciones sin fin.
Se me quejaba el otro día un vinyataire de que ha contratado una enóloga para mejorar su incipiente producción vitícola y se ha visto obligado a seguir por ello un cursillo... ¡Antiacoso! El curso preventivo ha sido ideado por una de esas oficinas que algo habrán de hacer para justificar sueldos y despachos, que los partidos políticos de turno han ido llenando.
En vez de soluciones añadimos a nuestros problemas los que generan los funcionarios y contratados para solucionarlos. Aún recuerdo la respuesta de la Generalitat en su día a la queja de la duplicación de administraciones: crearon... ¡Otra oficina! Un departamento que, en teoría, debía reducir la burocracia.
Algo parecido sucede estos días de buen tiempo estival con las llegadas en patera de inmigrantes ilegales, muchos de ellos menores, a nuestras costas: pese a que contamos con innumerables organismos con sus correspondientes equilibrios políticos, nadie parece querer hacerse cargo de ellos y todos juegan con el efecto telediario en sus encuestas. ¿Da o quita votos atenderlos con humanidad?
Ignoremos a quienes se limitan a decir que tal como llegan deberíamos expulsarlos sin más y demos la razón a quienes les exigen que, una vez en nuestro país cumplan la ley y si no se les aplique lo que dicta, como a cualquier otro ciudadano.
Pero entonces aún nos queda lo más difícil: gestionar y tutelar los años que les quedan hasta la mayoría de edad. Y todos los problemas difíciles tienen una solución fácil, definitiva y... Falsa. No hay soluciones simples para desafíos complejos, como el de los Menores Extranjeros No Acompañados (Menas).
De ahí, que demos la bienvenida a las iniciativas de la URV para integrar a los menores tutelados o sus cursos para facilitar a los inmigrantes de todas las edades el acceso a un empleo.
Y ahora podemos añadir a la lista de las soluciones la propuesta de uno de los fundadores de su facultad de Económicas, el reusense y catedrático Jaime Gil Aluja, presidente de la Real Academia de Economía, RACEF, de una gestión matemática de esa integración de los Menas. Se trata de un algoritmo que optimiza la asignación de esos menores inmigrantes a diferentes destinos y administraciones tutelares en función de sus características: edad, procedencia, formación, circunstancias familiares... Para mejorar su adaptación.
El algoritmo está al alcance de quien quiera aplicarlo en la página web de la RACEF, fácilmente googleable. Allí también se ofrecen de forma gratuita al gestor otros algoritmos humanistas para gestionar problemas complejos como la descarbonización de las emisiones industriales; para la creación de productos financieros; la capacidad de atraer inversores; resolver otros problemas migratorios; la segmentación territorial; la asignación y distribución de vacunas; la economía circular o la detección de trastornos neurológicos.
Baste añadir para el profano que un algoritmo, del árabe Al-Khuarismi que fue su descubridor, no es más que un procedimiento de cálculo estructurado: una secuencia que permite dar gestión matemática a problemas complejos, como el de los mena. Y sin añadir oficinas y funcionarios a los que ya tenemos.