Pactar en democracia es legítimo. Mentir, no

Política. El problema en sí, al menos para mí, no es que el PP pacte con Vox, que es tan legítimo como todos los pactos que Sánchez ha trenzado a la izquierda y con nacionalistas. El problema es que nos quieran engañar

Curioso fin de semana el que nos ha deparado la política desde el pasado viernes. Primero la entronización del pacto derecha&ultraderecha (PP y Vox) en la Comunidad Valenciana que a diferencia de lo que Feijóo hubiera querido se hizo con pompa y estruendo. No midió el dirigente popular lo que gustan en el Levante las ‘mascletás’ y el estruendo en general. No sólo hubo pacto sino cesión de puestos de gobierno (uno pintoresco como el de Cultura a un admirador de la «Cruzada» y el Caudillo y orgulloso de los «que ganamos la guerra del 36»).

El estruendo salió reverberado y aumentado en todos los lados y en Madrid cundió un cierto nerviosismo. Bueno... aclaro: en una parte de Madrid. Concretamente en la planta noble de Génova donde Feijóo y Semper vieron como su estrategia de ‘esconder’ los pactos con Vox hasta el 24 de julio estallaba por los aires. No solo se consolidaba y anunciaba el pacto sino que venía acompañado de una serie de acuerdos que se revelan como una auténtica asunción de los postulados ultras por el partido azul.

Para rematar la ‘faena’ del consejero torero, un diputado de Vox terció para dejar claro que «no existe la violencia machista» ni en Valencia ni en ningún rincón de esta amada piel de toro. Rápidamente las declaraciones pusieron en guardia la ‘alerta feminista’ que entendamos bien no es Podemos.

Las reivindicaciones y avances sociales de los últimos años (propiciados por el gobierno de coalición) no son partidistas ni feministas (que también) sino que se han convertido en un eje transversal que recorre amplias capas de la sociedad a derecha e izquierda.

Por lo tanto quien despertó la mañana del sábado con un respingo no fueron las dirigentes violetas en su forzoso exilio sino cientos de miles de mujeres que vieron que si gobierna el Partido Popular (como así ilustran todas las encuestas menos el optimista y marrullero Tezanos) vamos a experimentar un retroceso democrático ya que para gobernar Feijóo aparte de decir que «estos señores de verde no me gustan y sus ideas tampoco» se va a entregar como hizo de tapadillo recién llegado en Castilla y León y como está haciendo de facto en múltiples ayuntamientos y en alguna comunidad donde el «ansia viva» (como diría Mota) les ha podido y no han atendido a las instrucciones de Génova de templar.

El problema en si, al menos para mi, no es que el Partido Popular pacte con Vox, que es tan legítimo como todos los pactos que Pedro Sánchez ha trenzado a la izquierda y con nacionalistas. El problema es que nos quieran engañar y nos tomen una vez más como idiotas o tontos del bote.

Por favor: que anuncien claramente y con mayúsculas lo que van a hacer el 24 J si necesitan el apoyo verde. Así lo han hecho los conservadores en Alemania y Francia que han dejado claro que NO abren su gobierno a la ultraderecha. En otros países o esa fuerza ha ganado las elecciones democráticamente (como Meloni en Italia ) o gobierna con partidos de todo tipo.

Todos sabemos qué se puede esperar de Sánchez: hará lo imposible para revivir la coalición y volverá a pactar con nacionalistas aparte de consolidar su ticket electoral a la izquierda con el Sumar de Yolanda Díaz.

Y también sabemos (porque llevan cuatro años gobernando) lo que quieren seguir haciendo: básicamente ampliar el radio de los derechos sociales y de cierta idea de igualdad y justicia social.

Y con Vox ya sabemos a que atenernos. Hablan claro y actúan sin complejos. Pero el PP no se quiere mojar, pues ni desvela qué hará con las pensiones ni anuncia quien dirigirá y para que la política económica si ganan o qué acciones tienen previstas para no empeorar el cambio climático o los precios del alquiler que impiden a los jóvenes emprender la aventura personal de vivir con un mínimo de dignidad.

Esa ‘mascletá’ provocó que el viernes por la tarde saliera una orden desde Génova para apoyar al PSC para obtener la alcaldía frente a los independentistas (Uy Trias que miedo daba). El objetivo era, tras el ruido valenciano, recuperar la sobriedad y la centralidad de los hombres (siempre hombres) de bien de este país.

Esta argucia no sirve para tapar la verdadera cara e intención del PP. Por lo que les pedimos que no se escondan y lo aclaren. No pasa nada... Hasta que pasa.

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