Mi profesor es un robot. Se imparte la primera clase por inteligencia artificial de la historia

Vuelta al cole sin profesores. El David Game College, una institución privada de la capital del Reino Unido, es la primera que ofrece un curso que sustituye a los docentes por inteligencia artificial

El nuevo curso escolar acaba de empezar y los centros educativos ya vuelven a tener el bullicio habitual de siempre. Los alumnos ya traen en sus mochilas los nuevos libros, conocen algunos a nuevos compañeros, nuevas clases con nuevas asignaturas y en general ya todas las escuelas ya vuelven a estar a pleno rendimiento.

Con ello vuelven los temidos exámenes, tutorías y la corrección de los trabajos de los alumnos. Hace pocos años, la irrupción de ChatGPT provocó polémica en el ámbito educativo ya que algunos de los estudiantes ya no hacían sus trabajos, si no que lo dejaban en manos de la inteligencia artificial que les podía escribir diez páginas de temas tan diversos como la teoría de la relatividad o la revolución industrial. Pero ante esto, algunos profesores ya pueden comprobar eso con nuevos mecanismos tecnológicos o simplemente comprobando los datos en el mismo programa.

Pero ahora a los profesores les puede salir un nuevo competidor. Es una especie de robot que ya da clases a grupos de niños en Londres. Si, lo han leído bien, y esto en 2024. A este profesor robótico no se le escapa nada. Y por supuesto, detecta al momento cualquier intento de copia sacado de ChatGPT. Todo está pasando en el David Game College, una institución privada de la capital del Reino Unido, y que ofrece un curso piloto que será guiado íntegramente por inteligencia artificial (IA). De momento la iniciativa la experimentan un total de 20 estudiantes de secundaria.

John Dalton, codirector del colegio, defendió ante los medios de comunicación que para un profesor «es muy difícil alcanzar el nivel de precisión y exactitud que tiene la IA, especialmente en la evaluación continua. Si realmente queremos saber por qué un niño no está aprendiendo, los sistemas de inteligencia artificial pueden identificarlo de manera más efectiva». En este sentido, el mismo responsable del centro, cree que la tecnología permite personalizar el aprendizaje de cada estudiante, detectando las áreas en las que destacan y aquellas en las que necesitan más refuerzo.

Pero ya hay voces que han salido en contra de este proyecto. Chris McGovern, un exasesor del gobierno británico y actual director de la Campaña por una Educación Real, ha asegurado en declaraciones a Sky News que «el problema con la IA es que deshumaniza el proceso de aprendizaje, eliminando esas habilidades interpersonales tan valiosas en la interacción entre alumnos y profesores». En definitiva, que un profesor ‘humano’ es irremplazable.

De momento este ha sido un experimento muy mediático del que todavía hay que sacar muchas conclusiones porque plantea muchos debates éticos. ¿Usted dejaría que el profesor o el tutor de su hija o hijo fuera un robot con forma humanoide? ¿Qué pasaría si algún hacker se infiltra en el sistema y provoca fallos en el robot? ¿Esto provocará que no sean necesarios tantos profesores en el futuro más próximo? ¿Este sistema afectará positivamente o negativamente en la educación de nuestros hijos? ¿Ganarán en conocimientos o será todo lo contrario? Son muchas preguntas y de momento no hay respuesta.

Pero calma. Lo que está claro es que ahora mismo este sistema es en estos momentos es demasiado imperfecto. A estos profesores les falta la empatía, la generosidad y la ’inteligencia emocional’ que desarrollan los docentes con sus alumnos. Además un profesor ‘humano’ puede crear emociones en los chavales que una máquina nunca podrá emular.

Aquí uno puede recordar el maravilloso papel del siempre añorado Robin Williams en el maravilloso film El club de los poetas muertos en el que un educador despertaba la pasión por la poesía a un grupo de adolescentes. Eso es una misión imposible para un robot. Además de eso, una máquina, una vez termina la clase es desconectada y en ese momento pasa a ser un simple amasijo de cables, chips, plástico y poco más. Así que de momento no hay peligro, los profesores hoy aún son completamente imprescindibles en nuestra sociedad. Esperemos que eso siga así durante los próximos años.