Una guerra eterna
La Franja de Gaza, con un dimensión de apenas 365 kilómetros cuadrados, es uno de los lugares más densamente poblados del mundo. Viven en torno a dos millones de personas, más 5.000 por km2.
Gran parte, refugiados. Desde hace décadas es foco de conflictos y tensiones entre palestinos e israelíes, con cruces de ataques constantes, pero ninguno de la magnitud del desatado el sábado tras el lanzamiento de miles de cohetes por parte del movimiento islamista Hamás contra Israel.
La respuesta israelí, con el bombardero de la Franja de Gaza, deja ya cerca de 1.000 muertos entre ambos bandos. Estamos ante una guerra «que parece más peligrosa que nunca», aseguran residentes de Gaza. La vida allí se ha convertido en una lucha desesperada por estar a salvo. Bajo bloqueo israelí desde 2007, es una ratonera sin escapatoria de los ataques aéreos.
Las imágenes que no están llegando del enfrentamiento son atroces, como las de milicianos de Hamás disparando y secuestrando a jóvenes israelíes que asistían a un festival de música en el desierto. La guerra «será larga y complicada», advierte Israel. Nos estamos acostumbrando al horror.