Un recuento de personas sin hogar
A menudo me cruzo por la calle con un hombre de unos cincuenta años, alto y con una leve cojera, que camina sin parar. Se pasa el día de un lado a otro, siempre solo, en silencio. No tiene hogar.
En Tarragona hay 78 personas sin techo, según un recuento realizado por el Ayuntamiento. Un equipo de ochenta voluntarios recorrió la ciudad el pasado martes, entre las once de la noche y las dos de la madrugada, para contabilizar el número de personas que viven en la calle. Anotaban el lugar donde se encontraban, el sexo y algunos datos técnicos para que los servicios sociales municipales puedan ayudarles a salir de esa situación de vulnerabilidad. «Te quedas parada porque ves que son gente como tú, que no va borracha, razona muy bien y tiene estudios. Puedes ser tú mañana», afirma Margarita Mardones, una voluntaria.
Es el caso de Genís, un ingeniero técnico que desde marzo duerme a la intemperie en la Part Alta con otros tres hombres, porque en grupo se sienten más seguros. La vida le ha llevado a ser un sintecho. «Es una sensación que todo el mundo debería experimentar alguna vez. Aprendes a valorar lo que tienes», dice.