Sopa de tortuga en la Cartoixa de Escaladei

La vida de los monjes en la Cartoixa de Escaladei era austera, simple. Sólo rompían el silencio para rezar y apenas hablaban unos con otros. Escribían notas para comunicar sus peticiones desde sus celdas individuales, ‘amuebladas’ con un camastro, escritorio y hasta chimenea en algunos casos. Su vida, dedicada en buena parte a la oración y la lectura, transcurría lentamente y sin sobresaltos entre esas cuatro paredes. Los encargados de preparar la comida la repartían por los habitáculos a través de una trampilla con forma de zigzag para evitar cualquier contacto visual. No era un lugar que destacara por su alegría ni por su diversión. Su dieta era a base de verduras, nada de carne. Como mucho, sopa de tortuga –criaban a estos animales en una alberca cercana–.

La Cartoixa de Escaladei, fundada en el siglo XII en La Morera de Montsant, es una de las joyas de El Priorat. Acaba de recuperar todo su esplendor con la rehabilitación de su iglesia, en ruinas desde la desamortización de 1835. La obras se iniciaron en 2007. El patrimonio histórico es una de nuestras mayores riquezas, cuidémoslo y presumamos.

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