Ayúdenles
La payesía tarraconense está entre la espada y la pared. La sequía, el aumento de los costes, la caída de producción, el estancamiento de precios de venta... Es un cóctel fatal que, sumado a las trabas burocráticas que pesan sobre el sector y a las pobres ayudas que este recibe, provoca que campesinos y campesinas tengan que bajar la persiana. Mientras tanto, promesas de proyectos para reutilizar el agua de la depuradora de Reus o para traer agua del río Ebre hasta el Priorat. La realidad es, sin embargo, que muchos y muchas se quedarán por el camino hasta que estas iniciativas sean una realidad. La Administración pública tiene la responsabilidad de preservar la continuidad del sector primario porque uno de los aspectos que más diferencia a los territorios son sus productos típicos, que corren el riesgo de desaparecer si las personas que se encargan de elaborarlos no pueden permitirse ni tan solo trabajar. El campo es vida.