La importancia del contexto en la prevención del suicidio
Hay una nueva manera de relacionarse con los pensamientos y emociones que puede ayudar a llevar mejor la conducta suicida. En las siguientes líneas puedes conocer un poco más sobre este tema, con algunos ejemplos para clarificar algunas ideas.
Con el objetivo de reducir la tasa de suicidios en el mundo, el próximo domingo, 10 de septiembre, se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Este es un tema extremadamente serio que, desgraciadamente, afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Cada año, se calcula que hay más de 800.000 suicidios en todo el planeta. Lamentablemente, es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. Al mismo tiempo, es habitual ver a personas que acuden a consulta de psicología que llevan más de 30 años luchando contra la ideación suicida.
La prevención del suicidio es un desafío complejo, pero no es imposible. Existen muchas acciones que podemos tomar para ayudar a prevenir el suicidio, y una de las más importantes es adoptar una perspectiva que tenga en cuenta el contexto en el que se desarrolla este trágico acto.
A principios de este nuevo milenio, apareció la psicología contextual. Esta perspectiva indica que, como es lógico, el suicidio no es simplemente el resultado de factores individuales, sino que también está influenciado por el entorno en el que una persona se encuentra.
La ideación suicida puede aparecer en una situación determinada, que abarca desde la salud mental de la persona, sus hábitos de vida, relaciones personales y hasta la cultura en la que vive.
Así, existen diversos factores que pueden aumentar el riesgo de suicidio, como los trastornos de salud mental, el abuso de sustancias, situaciones de vida extremadamente estresantes como la pérdida de un ser querido o un empleo, y la historia familiar de suicidio.
Vivir uno o más de estos contextos, como es natural, podría generar pensamientos, emociones y sensaciones incómodas. Algunos de estos pensamientos, desafortunadamente, invitan a algunas personas a cometer lesiones a uno mismo con posibles consecuencias fatales.
La prevención del suicidio se puede abordar de diferentes maneras, que incluyen la identificación y atención de los factores de riesgo. Hablar con un profesional de la psicología puede ayudar a relacionarse mejor con el malestar que algunas personas puedan estar sintiendo.
También es esencial promover la salud en general, fomentando el ejercicio, una alimentación saludable y un sueño adecuado. Estas acciones pueden influir en el contexto y así fomentar la posible aparición de pensamientos menos incómodos.
De todos modos, el objetivo final no es cambiar estos pensamientos, ya que se podría dar el fenómeno conocido como efecto Wegner. Este experimento clásico de psicología consistía en tratar de no pensar en un oso blanco. ¿Tienes la imagen de un oso blanco en tu cabeza? Bien, entonces se les pedía a los participantes de la investigación que trataran de no pensar en un oso blanco. Puedes participar en este breve experimento: deja de leer durante 30 segundos y no pienses en el oso blanco.
¿Qué tal ha ido? Si has pensado en él, es normal, ya que no podemos elegir los pensamientos que tenemos. Este experimento describió como tratar de evitar una idea, multiplica las posibilidades de que aparezca, dando lugar al efecto Wegner.
Por otro lado, y hablando de contextos, sería más fácil convivir con pensamientos de ideación suicida en una sociedad donde no hubiera estigma asociado al suicidio. Es beneficioso para quienes experimentan pensamientos o intentos suicidas encontrarse en un contexto donde haya apoyo y comprensión. El juicio hace precisamente más difícil relacionarse con la propia ideación suicida, generando un efecto no deseado en la persona que convive con estos pensamientos.
Una perspectiva contextual nos ayuda a ser más empáticos con quienes enfrentan el riesgo de suicidio. Entender su situación y el contexto en el que se encuentran es esencial para brindarles el apoyo adecuado. En la mayoría de los casos, una escucha atenta puede generar una mejora considerable en el sujeto. Algunas personas manifiestan que, a pesar de estar rodeadas de gente, se sienten solas. Una comunicación más cercana puede hacer que las personas con ideación suicida se sientan menos aisladas y solas. Sin duda, el apoyo social puede ser una gran ayuda para quien sufre la conducta suicida.
En resumen, aunque prevenir el suicidio es un gran desafío, podemos hacer muchos pasos para prevenirlo. Facilitar un contexto donde los pensamientos y emociones incómodas de otras personas tengan más acogida puede marcar la diferencia en la lucha contra esta incómoda y triste realidad.