Rusia, Ucrania y Berwick-upon-Tweed
Existe una pequeña ciudad en Reino Unido, llamada Berwick-upon-Tweed, que estuvo en guerra con Rusia durante más de un siglo, pese a no haberse enfrentado jamás en el campo de batalla. El conflicto no se debía a ninguna enemistad concreta entre los vecinos del municipio y la tierra de los zares y los soviets, si no que venía inducida por la propia historia de la ciudad. Berwick-upon-Tweed, situada en la frontera entre Escocia e Inglaterra, cambió múltiples veces de manos en la Edad Media, hasta el punto de desarrollar una cierta entidad propia. De hecho, en algunas proclamaciones oficiales, aparecía como un territorio destacado del Imperio británico. Según la leyenda, una de estas proclamaciones fue la declaración de la Guerra de Crimea, firmada por la Reina Victoria como «Reina de Gran Bretaña, Irlanda, Berwick-upon-Tweed y todos los Dominios Británicos». Sin embargo, en el Tratado de París, Berwick-upon-Tweed no apareció en el documento, por lo que la ciudad siguió en guerra oficial con Rusia pese a haberse firmado la paz. En los años 60, el alcalde de Berwick-upon-Tweed aseguró en una entrevista con el periódico ruso Pravda que «los ciudadanos rusos podían dormir tranquilos», ya que su ciudad hacía las paces con Moscú.
Estos días, sólo hago que anhelar una paz así de sencilla entre Rusia y Ucrania, y sueño con que Kiev se convierta en Berwick-upon-Tweed.