Ideas de bombero, bulos y justicia poética
La realidad no deja de superar a la ficción. Ni al peor guionista de la peor película del sábado por la tarde se le hubiera ocurrido el guión de algo que, según ha confesado el expremier Boris Johnson, él mismo ideó. En plena pandemia de Covid, Boris propuso a su ejército una operación relámpago para conseguir las vacunas de AstraZeneca retenidas en un almacén de Leiden (Países Bajos). El plan consistía en que unos comandos cruzaran el Canal de la Mancha a bordo de lanchas neumáticas, navegaran por los canales holandeses, entraran en el almacén, cogieran las vacunas y las cargaran en un camión. El plan se le debió ocurrir, imagino, durante una de las fiestas etílicas que montó cuando estaban prohibidas las reuniones. Menos mal que Boris desechó la idea. Carcajeante. Casi tanto como la hispánica recuperación de la isla de Perejil tras su ‘invasión’ por Marruecos.
Otro personaje que suscitaría la hilaridad, sino fuera porque es peligroso para el mundo entero, es Donald Trump. No tiene pudor alguno en soltar bulo tras bulo, como el de que los inmigrantes haitianos refugiados en EEUU se comen las mascotas de los vecinos.
Entre tanto histrión, al menos una noticia buena. Los adeptos de Alvise Pérez, otro propagador de bulos, le están abandonando después de que se revelasen sus corruptelas. La justicia poética existe.