El peligro de la desmemoria histórica

Hace tiempo que corren WhatsApp de corte supuestamente ‘histórico’ que no solo cuestionan la legitimidad del nacimiento de la II República sino que van más allá y la consideran la personificación de todos los males, un régimen sangriento contra el que había que acabar como fuera. El objetivo es justificar el golpe de estado de Franco como algo «necesario». El problema es que ese runrún se ha trasladado a la realidad con las leyes impulsadas por los gobiernos autonómicos del PP y Vox. La finalidad de dichos partidos es ignorar a las víctimas de la represión franquista. El ejemplo perfecto es la chulesca actitud del presidente del Parlamento balear, Gabriel Le Senne. El político de Vox rompió la foto de Aurora Picornell que lucía en su ordenador la vicepresidenta segunda de la Cámara y diputada socialista Mercedes Garrido. Picornell fue una sindicalista comunista asesinada por la dictadura.

Por ese revisionismo histórico, esa desmemoria, es más necesario que nunca rememorar a las víctimas de Franco. Ayer se cumplieron 85 años del fusilamiento de las llamadas ‘Trece Rosas’, trece mujeres de entre 18 y 29 años ejecutadas en la brutal represalia que siguió al atentado mortal contra un comandante franquista, su hija y su chófer. Las ‘Trece Rosas’ eran de las JSU. No tuvieron nada que ver con el atentado. Pero, una vez más, hubo venganza, no Justicia.

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