Serrat
De los ‘Premios Princesa de Asturias’, ninguno fue más aplaudido, en el Teatro Campoamor puesto en pie, que Joan Manuel Serrat. Aquel chico de Poble-sec, estudiante de la Laboral de Tarragona y de peritaje agrícola en Barcelona, compañero de curso de mi hermano Josep Maria, se hizo un cantautor universal.
«Soy un señor mayor tirando a viejo, una persona que se siente querida y admirada», dijo al recoger el galardón en Oviedo, mientras la princesa Leonor, bella incluso para un antimonárquico, le emocionó recordándole que «hoy puede ser un gran día... y mañana también».
Serrat es un quijote del amor sencillo y de los grandes ideales. Sus canciones lo muestran coherente, demócrata, humanitario. Se le ha llamado traidor, creo que por ser demasiado libre.