Matar a distancia

La guerra de Ucrania depende cada vez más de los drones. Los países en lucha compran o fabrican cientos de miles de ellos y los utilizan contra objetivos establecidos.

El nuevo «soldado» es alguien que se levanta, desayuna con la familia y luego se va a la oficina, desde donde envía drones con explosivos que atacan a las filas enemigas a cientos o miles de kilómetros.

Recuerdan otras decisiones tomadas en la lejanía, como la muerte de Osama Bin Laden en Pakistán. Participaron fuerzas especiales con dos helicópteros irrumpiendo en la casa, pero la operación fue dirigida por Washington, a siete mil kilómetros de distancia, desde una salita con varios oficiales y Barak Obama, que venía de jugar al golf, sentado como un espectador de la operación transmitida en directo.

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