La justicia por su mano
La noche de Sant Joan en el barrio gerundense de la Font de la Pólvora, dos personas murieron ametralladas. En venganza fueron destruidos un piso y vehículos de los autores; pero hubo más y hasta 300 personas se desplazaron a Figueres para arrasar tres viviendas de parientes suyos. La policía no tenía efectivos para detenerlos y pactó con ellos que destruyeran las casas. Es decir, se limitó a contemplarlo.
En el barrio barcelonés de Sant Andreu, un centenar de vecinos convocados por redes sociales, persiguieron a tres ladrones que se refugiaron en un tejado. No les lincharon porque llegó la policía. Los convocados se felicitaron por haber «limpiado el barrio».
Si las autoridades no garantizan mejor la seguridad, la extrema derecha irá en aumento.