Universo
«Leemos libros para descubrir quiénes somos. Lo que otras personas, reales o imaginarias, hacen y piensan y sienten -o han hecho y pensado y sentido, o podrían pensar, hacer y sentir- es una guía esencial para nuestra comprensión de lo que somos y podemos llegar a ser», decía la escritora Ursula K Le Guin que seguramente es una de las pensadoras que mejor ha comprendido lo que significa ser humano en el universo. Ayer hablaba de la profunda tristeza cuando nuestros valores y la realidad van por caminos paralelos y hoy de quiénes somos. Es lo que tiene el otoño, te pones ocre, rojizo, gris y patéticamente profundo. Pero. Hoy en París la Torre Eiffel atravesaba las nubes. Durante todo el día era casi invisible. El gris de París también es el gris del otoño. La única pregunta interesante de la filosofía es saber qué significa vivir una vida infinita y frágil en un universo infinito y eterno. Somos un pequeño grano de polvo en una esquina de una galaxia menor. Pero somos los únicos en preguntarnos por qué este universo (hasta prueba de contrario). A pesar de nuestra insignificancia física, somos una colección de átomos a través de los que el universo se explora a sí mismo. Y encima lo compartimos gracias a la literatura. El universo debería estar muy contento.