Todas las medallas son para ellas

Las medallas estaban en una bolsa y alguien decidió dejarla tirada en el césped. Alguien pensó que la victoria de las mujeres del FCBarcelona en la Copa de la Reina, no necesitaba ningún protocolo. Que las mujeres son capaces de condecorarse a sí mismas. Obviamente las mujeres pueden hacer eso y mucho más. Como los hombres. Letizia, vestida de tweed, no quiso saber nada de las medallas. El mejor equipo de fútbol de la galaxia Vía Láctea no tiene quién lo considere suficientemente auténtico como para merecer una medalla. La autenticidad tiene una característica formidable: es autoevidente. Se reconoce por una combinación de factores (modos, postura, tiempos de reacción: todos factores no verbales) que hacen creíbles a las personas. No hay necesidad de anunciarla. Si la anuncias es porque hay un déficit y lo sabes, necesitas ser creído. Las chicas del FC Barcelona son auténticas. Son las mejores. Los señores de la Real Federación Española de Fútbol son unos mequetrefes que no saben en qué mundo viven. Desde el beso de Rubiales hasta las no-medallas de la Copa de la Reina: un desastre.