Salvador Illa

La mentira más absoluta del siglo XXI es creer que querer es poder. Querer no es nada. Es una intención. Se ha multiplicado el mensaje de los panfletos de autoayuda y se ha mezclado con la ideología neoliberal para hacernos creer que el destino está en nuestras manos. No es verdad. No porque queramos, podemos. Es extremadamente distorsionador pensar así. Es agresivo y sólo genera frustración. Porque todos queremos ser felices, todos queremos triunfar (aunque lo que signifique eso difiere del uno al infinito), todos queremos adelgazar, todos queremos no enfermar. El infierno del individualismo es decirte que si algo no te sucede es que no lo has deseado suficientemente. Y no es verdad. Ni tan siquiera era verdad aquella máxima de Pep Guardiola de levantarse temprano... Porque aquí vamos todos en el mismo barco. Somos interdependientes, pensar en sí mismo sólo teniendo en cuenta la individualidad, el ego, nos conduce a muchas nadas. En cambio, pensar en los demás nos puede construir el mejor proyecto vital individual. Hay que recrear el tejido vital que nos permita con-vivir, vivir juntos. No conozco a Salvador Illa, pero me gustaría pensar que va a leer esta humilde columna.

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