Hombres

Durante demasiado tiempo las mujeres nos hemos preguntado ¿dónde están los hombres? ¿Dónde los filósofos? ¿Dónde están los maridos? ¿Dónde están los religiosos y dónde los ateos? ¿Dónde están los hermanos? ¿Dónde están los actores, los directores, los compañeros de trabajo, los amigos de toda la vida, los grandes artistas, dónde está Steven Spielberg, dónde está George Clooney? El silencio que ha acompañado el movimiento feminista ha sido excesivamente sonoro. No solo el de los hombres, también el de las mujeres que se creen al margen por su situación económica, por su belleza (ai), por su inteligencia. La manipulación del machismo lleva miles de años de práctica. Cada condescendencia, cada esfuerzo por parecer no-machista, revela la realidad: apenas hemos conseguido nada. Hace poco en Tarragona, en una cena concurrida, el número de mujeres era de 7 contra 93. Me dirán que eso no es violencia. Obviamente que no lo es. Es, sencillamente, la fotografía de la realidad, de quién continúa ostentando el poder, de quién no está dispuesto a compartirlo. La victoria de Donald Trump o de Milei o de Meloni no son accidentes. Son la reacción ante una declaración de guerra. Una amiga me decía ayer que su hijo no sería como nuestros padres. Que a los hombres los educan las mujeres. Eso también hay que saberlo. Detrás de cada machista, hay una madre amorosa.