Feliz Navidad
Un gato Courgette (calabacín, en francés) mira por la ventana al jardín helado. Se pasará todas las Navidades mirando por la ventana cómo el alba fría forma cristales en los árboles. Otro gato (Harry) mira desde el jardín cómo la pequeña dibuja osos panda. Cada uno en su ventana. Uno desde el calor de la casa. Otro desde el frío del exterior. Uno, casero (todo lo casero que puede llegar a ser un gato). El otro, fiero y vagabundo, a su aire, reclama comida, pero no acepta caricias. Para él no funciona el acuerdo milenario entre hombres y gatos. Es Navidad y me pregunto quién de los dos es más feliz, Courgette o Harry. La gran dicotomía entre libertad y civilización. Me lo pregunto justo en el único día del año en el que parece que ambos pueden llegar a darse la mano. Porque la civilización sin libertad es una distopía orwelliana, y la libertad sin civilización es el corazón de las tinieblas. La Navidad es la fiesta del amor, de la luz. Todas las explicaciones míticas están de acuerdo. Hoy es el día en el que la luz regresó a la Tierra tras la oscuridad. Feliz Navidad, para los que, como yo, creen que todos merecemos que la bondad de un bebé en un pesebre nos ilumine todos los días del año.