En favor de la lectura
Las pruebas PAU de 2025 han eliminado las lecturas obligatorias. Como si la lectura no fuese siempre obligatoria. La obligación puede llegar desde diversos ámbitos: el académico, el moral, el lúdico, el existencial. Leer nunca ha sido una opción, es una necesidad. Cuesta comprender qué razonamiento ha llevado al Govern de la Generalitat a considerar que esta retirada –por mucho que luego la quieran vestir de ampliar la base– tenga nada de positivo. Hay una nota de desesperación en esta decisión. Un cada cual que aguante su vela, un no hay nada que hacer. Es cierto que obligar a leer Mercè Rodoreda o Mariano José de Larra no «mola», pero tampoco mola comer acelgas o levantarse temprano. No se han dado a conocer las razones puntuales por las que se ha identificado la necesidad de esta supresión. ¿Hay algo que no va bien? Seguro, pero discutámoslo. ¿Qué? Hablemos de ello. El problema está en el mensaje que se envía: leer no es necesario, no cuenta. Tampoco es necesaria la filosofía o la poesía. No se preocupen, el futuro está en manos de la Inteligencia Artificial. El objetivo es una sociedad aborregada, sin capacidad de análisis crítico. No es aceptable, no lo conseguirán. Leeremos. Siempre.