Cucarachas

En el Diari de hoy hablamos de la guerra contra las cucarachas en Tarragona. La naturaleza es sabia y con esos insectos nos recuerda que no todo es bello, ni gentil, ni amable. Las cucarachas siempre me recordarán a Georg Samsa. Ese personaje que no es otro que el propio Frank Kafka que se despierta un día dentro del exoesqueleto de uno de estos bichos. De las cucarachas a Kafka, y de Kafka a Anna Frank y a Emily Dickinson. Una santísima trinidad particular, seguramente mis tres autores preferidos si tuviera autores preferidos. ¿Qué tienen en común? El azar. Si no hubiese sido por el azar, no los conoceríamos. Los tres tenían como destino el olvido. Unos por decisión propia: Frank Kafka y Emili Dickinson y la tercera por razones históricas: Anna Frank. En los tres casos quiso la suerte que una tercera persona decidiera no cumplir sus deseos y salvar su obra. Frank Kafka mandó destruir sus manuscritos a su amigo Max Brod, Emily le había pedido lo mismo a su hermana Lavinia: «quemarlo todo sin leerme». Ambos decidieron no obedecer. Y en el caso de Anna, su padre, Otto Frank, decidió regalar al mundo el diario de su hija muerta en el campo de concentración de Bergen. El azar, la casualidad, la suerte. ¿Cuántas personas hacen falta para escribir un libro? ¿Cuántos fantasmas deben convocarse para contar una historia? Empezamos por las cucarachas y acabamos en los sueños.

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