Callar

La sinceridad está sobrevalorada. La sinceridad sin empatía, es crueldad. Recuerdo esas frases lapidarias: «yo siempre digo lo que pienso». Mal. Lo que piensas es relativamente interesante. «Yo siempre digo la verdad». Mal. No hace falta. El mundo puede sobrevivir sin tu verdad. Desconfío profundamente de quien me dice «yo siempre digo lo que pienso». Porque eso sólo lo dicen los que no piensan. Porque eso sólo lo dicen los que no les importa para nada cuál va a ser el impacto de es «verdad». Callar es siempre la mejor opción. Los beneficios psicológicos del silencio incluyen una mayor creatividad, concentración, autocontrol, autoconciencia, perspectiva y espiritualidad. Mark Twain dejó dicho que «Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente». Recuerdo el libro. Seguramente uno de los primeros que me habían regalado. Libro, libro. Con portada dura. Sin dibujos. Era Tom Sawyer. Poco hablamos del impacto de los libros en la niñez. De cómo un buen libro te hace comprender el mundo y sus complejidades, sus maldades, sus virtudes, su belleza. Pensándolo ahora, es verdad que en Tom Sawyer aprendes el valor de la importancia de la empatía, de ponerse en el lugar del otro, de la amistad. Si tu verdad va a destruir a alguien, mejor te la quedas dentro, que las palabras son peores que las balas. Te matan la esperanza.

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