Una historia de amor
No soy muy dado a celebrar efemérides como la de hoy, Día de los Enamorados, con grandes alharacas. En parte, porque detesto su marcado carácter comercial; y, en parte, porque creo que cada día debe ser el día del amor. ¡Y ay de aquel que no lo sea! En todo caso, hoy les traigo una de esas historias de amor que conmueven. Porque hay amores que, aunque parezcan marchitarse, nunca mueren; permanecen allí, ocultos y callados, hasta que sucede algo que los devuelve a la vida. Es lo que ha debido de sentir ese hombre de Shanghái (China) que decidió volver a casarse con su antigua esposa, de la que se había divorciado tres años antes, al recibir ella el diagnóstico de una enfermedad sanguínea potencialmente mortal, con la esperanza de poder salvarla mediante «el amor y el compromiso». La pareja solicitó el registro de su segundo matrimonio un día antes de que la mujer ingresara en la unidad de cuidados intensivos de un hospital local para recibir tratamiento de cara a hacer frente a la anemia aplásica que padece. El hombre confesó que el divorcio fue fruto de un impulso, aunque aún vivían bajo el mismo techo y finalmente siguieron siendo una pareja, pero que decidieron volver a concretar el matrimonio para superar juntos la enfermedad. No sé si hay alguna base científica que lo confirme, pero estoy convencido de que saberse querida le dará más fuerza para enfrentarse a su mal físico. Espero que se cure y que esta historia de amor tenga un final feliz.