Suiza, un país no apto para ruidosos

Suiza es, ante todo, un país tranquilo. Tanto, que puede resultar incluso aburrido. Allí no se perdona eso de alterar la paz y el descanso dominical, sagrado.

Lo sabe muy bien ese ciudadano francés al que las autoridades de la comuna de Clos du Doubs, en el cantón suizo del Jura, denegaron la nacionalidad pese a ser residente en esta localidad. ¿La razón? Cometer el terrible e imperdonable ‘delito’ de cortar el césped los domingos y días festivos. La solicitud del galo fue rechazada por la asamblea municipal de la comuna –por 13 votos en contra, 11 a favor y seis abstenciones– debido a «la falta de integración e incumplimiento de disposiciones relativas a la paz pública».

En concreto, la asamblea acusó al vecino de presuntamente cortar el césped de su vivienda los domingos y feriados, días durante los cuales no se pueden realizar trabajos «que causen ruido o perturben los oficios religiosos ni, en general, la paz pública», de acuerdo con el reglamento oficial de la comuna.

Hay que tener en cuenta que hay cantones, como el de la propia Ginebra, que prohíben entre las 21:00 y las 7:00 horas actividades tales como, además de cortar el césped, montar muebles en casa o poner la lavadora, una restricción que se aplica también todos los domingos y feriados.

Imagino que allí no tienen la tarifa nocturna, aquella por la que teníamos que poner la lavadora de madrugada para evitar facturas de luz astronómicas. Claro que el de Clos du Doubs no es el primer francés que ve vetado su acceso a la nacionalidad por ‘mal comportamiento’; a principios de año un tribunal de la ciudad de San Galo negó la solicitud de un francés que había vivido en Suiza durante 40 años porque conducía a 80 kilómetros por hora en una zona donde la velocidad máxima es de 40 km/h.

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