Mi nombre es Mentanfetamina Mola

Hace unos días comenté en este mismo espacio la extravagancia de que hace gala el magnate Elon Musk al elegir el nombre de sus hijos. Techno Mechanicus se llama el bebé que tuvo recientemente, hermano de X AE A-XII, nacido en 2020, y de Exa Dark Sideral Musk, que llegó al mundo en 2021. Una pena que el dueño de Tesla y de la red social X no topara con esa jueza vasca que impidió a unos padres poner Hazia (semilla) a su niña, al considerar que la palabra también se puede traducir como semen. En España hay una serie de nombres que están prohibidos, como Hitler, Stalin, Bin Laden o Loco –sí, hay padres que han intentado llamar a sus recién nacidos de estas formas–. Claro que también es cierto que otros les han puesto a sus hijas Tiburcia o Carpólfora –pueden darse un paseo por el pueblo de mi madre y alucinarán– y no les ha pasado nada. Y ahora el caso más reciente de nombre con el que unos padres han castigado a su vástago ha tenido lugar en Australia, donde una periodista, tras dar a luz a su tercer hijo, decidió poner a prueba al Registro Civil de su país para comprobar hasta qué punto sigue un criterio para vetar nombres que puedan ser objeto de burlas y mofas para el menor. Junto a su marido se dio a la tarea de pensar el nombre más extraño posible y acabaron llamando a su hijo Metanfetamina Mola –debe de ser primo de Carmen Mola–, pensando que una barbaridad de ese calibre no pasaría el filtro. Pues lo pasó. La familia ya ha iniciado los trámites para cambiar el nombre de su hijo, pero no desaparecerá del todo, pues debe permanecer en el Registro de Nacimientos, Defunciones y Matrimonios para siempre. Así que el pobre Metanfetamina Mola se acordará siempre de la gracia de sus padres.

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