Los ‘peligrosos’ que luchan por la paz

Las universidades estadounidenses se han levantado contra la política que mantiene su gobierno en la guerra –sería más correcto llamarla masacre– de Gaza, que ofrece un estremecedor balance de más de 34.000 muertos –la gran mayoría, ancianos, mujeres y niños– y una ciudad reducida a escombros y machacada por el hambre. Los universitarios han decidido no permanecer impasibles ante tanto horror y critican a su país, que apoya sin rubor la carnicería que allí se está cometiendo y, lejos de detener la matanza, amplía sus ventas de armas a Israel. No ha faltado quien ha acusado a los estudiantes de «antisemitas», aunque en realidad, si son anti algo, es «antiguerristas». Sí, piden la paz. Y esto es lo que no soportan los canallas que promueven y se benefician con las guerras. Por eso reprimen unas protestas en las que la única violencia ha llegado por una embestida vandálica perpetrada por grupos proisraelíes que, vestidos con máscaras blancas y capuchas negras, atacaron a los universitarios con palos y barras de metal, mientras saltaban violentamente sobre las láminas de madera que protegían sus tiendas de campaña. Un ataque que la policía se limitó a contemplar, en una actitud muy distinta a la dureza con la que se ha empleado contra los concentrados. No funciona bien un mundo que persigue a los que luchan por la paz. Las universidades han sido históricamente recintos comprometidos en la lucha por los derechos civiles o contra las guerras, lo que explica que la mecha que prendió en Estados Unidos se esté ya extendiendo por varias universidades europeas. Ojalá los gobernantes se emplearan a fondo para conseguir un alto el fuego en Gaza en lugar de reprimir a quienes se manifiestan contra la barbarie.

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