La demografía y la vivienda
Los datos demográficos son fundamentales para poder establecer las politicas públicas y privadas de sectores como la sanidad, la educación, el transporte, el comercio... y, obviamente, la vivienda. Tanto el sector público como el privado deben conocer cuáles son los datos demográficos de un territorio para hacer las previsiones oportunas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) realiza unos estudios demográficos muy completos para tener una radiografía detallada de la situación y tendencia de la población. Resulta imprescindible conocer los cambios demográficos en los que estamos inmersos y los que se avecinan.
Así, es evidente que, en cuanto al mercado inmobiliario, la cuestión demográfica es uno de los factores más importantes, dado que es la población la que necesita una vivienda y, por lo tanto, es el número de habitantes, su edad, ingresos, su origen, empleo... el que determina la demanda efectiva, afectando así de forma directa a los precios tanto en propiedad como en alquiler.
Generalmente, los hogares con más ingresos y una estabilidad económica laboral se inclinan por acceder a la propiedad, pero los ingresos limitados, la inflación, el encarecimiento de la vida en general y la imposibilidad de acceder a hipotecas y préstamos hacen que el mercado de alquiler sea ahora muy demandado. Por ello, se ha incrementado su volumen y precio. Se calcula que 16 de cada 100 familias viven de alquiler en España. En Cataluña, este porcentaje es mayor, hacia un 30%. El alquiler también es mayor y más frecuente en ciudades mayores de 50.000 habitantes que en pueblos o municipios pequeños.
El factor de la migración es muy importante en estos datos que, como resumen muy breve, denotan una clara señal del avance del mercado del alquiler frente a la adquisición.
No es lo mismo una vivienda para personas mayores o que vivan solas, que para una familia con niños en edad escolar. Teniendo en cuenta la demografía actual, la funcionalidad arquitectónica de las viviendas debe prepararse para un inevitable envejecimiento de la población. A las personas mayores se les deberá facilitar una manera de vivir de acuerdo a su edad y necesidades. Además, cada vez hay más personas que viven solas, o en pareja. ¿Para qué se van a construir grandes viviendas para familias numerosas si apenas las hay?
Recordemos la pelicula La gran familia –rodada en parte en Tarragona– donde, en una vivienda, vivían el matrimonio y sus cinco hijos, más el abuelo, el actor Toni Isbert. Todos los que tenemos una edad recordamos de nuestra infancia que, en una vivienda normal, vivían los padres y sus tres, cuatro o cinco hijos. La experiencia vital resultaba ser muy enriquecedora y estimuladora por el hecho de compartir habitación y literas con los hermanos. Ahora, la realidad social ha cambiado, y hay jóvenes que se ven obligados a vivir en una habitación de un piso compartido y que no pueden tener un espacio de vida independiente.
En el 2033, uno de cada cuatro ciudadanos españoles tendrá más de 65 años. Hay que ir preveyendo esa pirámide de población invertida, por lo que se deberá preparar necesariamente un futuro para un país de viejos. Lamentablemente, hay más fallecimientos que nacimientos, así que el crecimiento será migratorio. La repoblación no debería ser solo en ciudades como Tarragona, Reus, Tortosa, El Vendrell, Valls y la costa, sino que se debería tener en cuenta la parte interior, llena de preciosos pueblos que no habrían de convertir Tarragona en una demarcación vaciada.