La aventura del año
Ante el comienzo del año tienes posibilidad de enfocar este desafío desde perspectivas muy diferentes. Puedes deponer las armas al primer intento, dejando por anticipado en la cuneta lo que se antoja un fardo con las suertes e infortunios que irán delimitando las etapas de tu camino con la única guía del caprichoso azar.
En cambio, si das la cara, delante de ti se extenderán inmensos campos cubiertos por la niebla de guerra del invierno y que se revelarán ante tus ojos como las sendas que te llevarán a la gloria o la desgracia según las decisiones que tomes y el viento que sople a tu favor.
Unas veces lo verás todo claro desde primera hora y triunfarás en tu conquista sin recordar que el preciado secreto de la felicidad se desvanece cada atardecer y no siempre resucita al tercer día.
Otras, la adversidad se cernirá sobre los horizontes de tus pensamientos y la jornada será solo la confirmación de que esa mañana habría sido mejor no levantarte de la cama y atrincherarte en ella como cuando Onetti huyó del Uruguay de la dictadura argumentando que para manicomio bastante tenía con el que bullía dentro de sus novelas.
La mayor parte de los días, sin embargo, comprobarás que el destino ignoto guarda para ti sorpresas que serán fogonazos en plenitud de facultades. En ocasiones esa luz te iluminará y te concederá la seguridad y la clarividencia que otorgó Dios a los primeros mensajeros que llevaron su leyenda por rincones del Oriente Medio todavía en la penumbra, o te incendiará y te hará sentir solo en el vacío, tus gritos como un espejismo que se apaga entre las dunas del desierto igual que un eco imperceptible ante el vigor de las multitudes que se aleja o nuestra ruidosa época rendida ante la tormenta del silencio.
Huye de los que te digan que la vida es un cielo o un infierno porque detrás de sus teorías desbocadas falta la fe o el realismo que ciega a los dogmáticos y en el mapa del tiempo que muestra la previsión de su futuro los meteorólogos de la incertidumbre anuncian castigo seguro.
Los arcanos medievales dicen que Ricardo Corazón de León acudía a los frentes con las batallas medio ganadas por adelantado porque una parte de su fuerza residía en que abordaba el combate con el optimismo que otros reservaban para unas victorias que no llegaban, pues carecían de la audacia del rey inglés.
El año que empieza es un peregrinaje hacia el misterio y situarte enfrente de su emboscada una práctica que te dará la dureza de los estoicos, que en el fondo nunca han terminado de pasar de moda. Los chinos antiguos legaron a la civilización dos proverbios contradictorios: por un lado, que quien no pregunta se condena al desconocimiento; y por otro, que quien no sabe nada es feliz en su ignorancia. Confucio fue un paso más allá e hizo un llamamiento al equilibrio.
Pero tú haz como si ninguna de estas cosas fuera contigo y encuentra tu isla del tesoro personal. Hay otro año entero para levantar el plano y lanzarse a la búsqueda como si no hubiera mañana.