El imperialismo de Estados Unidos
Para muchos EEUU es el paradigma de «imperio benévolo». Tal idea quedó firmemente anclada en la conciencia de Europa, especialmente en Alemania, tras la Segunda Guerra Mundial. Y persiste.
Tal ideología fue estratégicamente diseñada y promocionada sobre todo por el Council of Foreing Relations, (CFR), fundado en 1921, un think tank de EEUU especializado en política exterior y relaciones internacionales. Siempre ha desempeñado un papel fundamental en la formulación de las estrategias de política exterior de los EEUU.
Desde 1950 hasta 1970, el CCF, financiado por la CIA, fue la pieza principal de propaganda dirigida a Europa Occidental de la visión del mundo de EEUU y su ‘American Way of Life’, y convencerla de su benevolencia. Utilizó una amplia red de periodistas, intelectuales, académicos, científicos, políticos, agentes secretos y representantes empresariales. Durante unos veinte años llevó una batalla cultural: una batalla por Occidente y en nombre de la libertad de expresión.
Tras el colapso de la URSS, la ideología de «lucha contra el comunismo» ya no servía para disimular su imperialismo, por lo que cambió por el idealismo: luchar por la libertad, la democracia y los derechos humanos. Pura falacia.
George F. Kennan, en 1948, lo expresó muy claro: «Tenemos cerca del 50% de la riqueza mundial, pero solo el 6,3% de su población... Nuestra tarea en los próximos tiempos es mantener esta desigualdad de riqueza sin comprometer seriamente nuestra seguridad nacional. Para ello, tendremos que renunciar a todos los sentimentalismos; y en todas partes tendremos que concentrar nuestra atención en nuestros propios proyectos nacionales.
No nos engañemos pensando que hoy podemos permitirnos el lujo del altruismo y la felicidad mundial... Deberíamos dejar de hablar de objetivos vagos -y para el Lejano Oriente- poco realistas como los derechos humanos, la mejora del nivel de vida y la democratización. No está lejos el día en que nuestras acciones deban estar guiadas por un pensamiento de poder sobrio. Cuanto menos nos obstaculicen los eslóganes idealistas, mejor».
El historiador estadounidense William A. Willians revela las verdaderas razones de sus políticas imperialistas: «El resorte principal de este imperialismo es, y siempre ha sido, la falta de voluntad para vivir dentro de sus posibilidades».
En comparación con las cifras antes citadas de Kennan, la situación en 2012 ha empeorado, según la revista Scientific American: EEUU con menos del 5% de la población mundial, consume el 33% del papel del mundo; el 23% del carbón; el 27% del aluminio y el 19% del cobre.
Nuestro consumo per cápita de energía, metales, minerales, productos forestales, pescado, cereales y agua potable hace que el consumo de todos los habitantes del Tercer Mundo parezca ínfimo. Los estadounidenses solo representan el 5% de la población mundial, pero generan el 50% de los residuos globales.
La benevolencia de los EEUU la constatamos en su gasto armamentístico: equivale a la suma total de todos los países que figuran en los nueve puestos siguientes. En 2022, EEUU alcanzó los 877.000 millones de dólares, casi el 40% del gasto mundial y tres veces más que China (292.000 millones).
En el mantenimiento de esas políticas imperialistas de los EEUU se entiende que sus tropas operan en 160 países. Como señaló en 2015 George Friedman, un asesor político y fundador del think tank Stratfor, controla todos los océanos del mundo, como no ha ocurrido nunca.
Tiene 800 bases militares en 80 países, cerca del 95% de las bases militares del mundo en el extranjero. Gran Bretaña tiene siete. Francia cinco, y Rusia ocho en antiguas repúblicas socialistas y una en Siria. Es el país que ilegítimamente más guerras ha emprendido y más países ha invadido en toda la historia.