El bono cultural no llega
El Bono Cultural Joven es una ayuda directa de 400 euros a quienes cumplen 18 años a lo largo del año 2022, para adquirir y disfrutar de productos y servicios de actividades culturales. Una invitación a entrar a la edad adulta de la mano de la cultura, según dice el Ministerio de Cultura y Deporte, a cuyo frente se encuentra el catalán Miquel Iceta Llorens, primer secretario del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC).
Cuando el Gobierno de coalición, presidido por Pedro Sánchez, anunció la concesión de un bono cultural para los jóvenes de 18 años, supuse que se trataba de una medida electoralista. Contribuyó a despertarme esa malévola sensación el hecho de que se hubieran incluido los videojuegos en la oferta. Quizá será un prejuicio generacional, pero no veo yo especialmente enriquecedor que un joven de 18 años se gaste la cantidad de 100 euros de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para pasarse a una vida virtual, corriendo en coches Mercedes Benz AMG, aunque resulte que la modernidad es esto y no les vamos a obligar ahora a los jóvenes de 18 años a ir al teatro a ver una obra de Buero Vallejo.
Lo que resulta sorprendente es que ni aun así el regalito haya despertado el entusiasmo de los jóvenes a los que va dirigido. Se han quedado de momento sin utilizar la mitad de los 210 millones de euros, presupuestados por el Ministerio de Cultura y ni el propio ministro del ramo sabe el porqué. El ministro Iceta, a los 18 años seguro que los hubiera aprovechado, ya que es de carácter jovial y expansivo. Tal vez la clave de esta desafección resida en la complejidad de la tramitación burocrática y, en ese caso, no puedo sino felicitar al Gobierno de coalición por haber metido una idea tan educativa, al tiempo que retorcida.
No se me ocurre enseñanza más valiosa para un joven que acaba de cumplir los 18 años que lanzarlo de golpe y porrazo contra la burocracia española en todo su esplendor y magnitud. Mi nieta Cristina, que quiere acceder a este derecho cultural, ha superado la enojosa burocracia exigida. Se dio mucha prisa en presentar la solicitud, no fuera caso que llegase tarde, pero todavía está esperando recibir la generosa bonificación. Ha reclamado telefónicamente una y otra vez, pero siempre los operadores están ocupados y se limitan a poner música, para entretener a los jóvenes.
Y cómo se puede gastar el bono cultural joven. Pues, 200 euros para artes en vivo, patrimonio cultural y artes audiovisuales; 100 euros para consumo digital o en línea; y 100 euros para productos culturales en soporte físico. Mucha cultura en poco espacio.