Sus Majestades, las carrozas y la bicicleta

Sus Majestades llegaron a Reus, el 5 de enero, cargadas con miles de cosas, música, tambores, disfraces y toneladas de ilusión. Con los ojos brillando de la emoción, los niños buscaban las cartas entre las grandes pilas de sobres acumulados en las enormes estanterías que transportaban las carrozas.

Pasaba el rey Melchor, y luego era el turno de Gaspar y Baltasar. Lluvia caramelos, paquetes de distintos tamaños y, de repente, una carroza llena de bicicletas. Pero no se trataba de las bicis que piden los niños para recorrer las calles o el pasillo de su casa y que a menudo son el regalo estrella en estas fechas, sino de la nueva bicicleta compartida de Reus.

Está claro que es una acción de marketing que no podía desaprovecharse teniendo en cuenta que la Ganxeta empezará a funcionar a finales de este mes y que la cabalgata reúne siempre a centenares y centenares de personas, pero no dejaba de llamar un poco la atención tanta bicicleta pública allí, en un lugar que no es el suyo.

Hubo quien, a pie de calle, aprovechó para comentar las dudas que le genera este modelo de movilidad urbana. ¿Funcionará? ¿La gente cogerá el hábito de dejar el coche para desplazarse en bici? ¿Y lo hará en pleno invierno? También es evidente que si no se ponen los medios para intentar el cambio nunca se saldrá de dudas.

En breve lo sabremos. Aunque habrá que dejar un tiempo para ver si la ciudad está preparada para la movilidad sostenible. O para ver qué es lo que le falta para avanzar hacia esta dirección. Ahora, los emisarios reales ya han desmontado las carrozas y las bicis ayer ya se iban viendo en sus aparcamientos. Las han traído los Reyes, parece. Ahora tendrán que aguardar hasta el día de su estreno, a finales de este mes.

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