Macarena y Cao de Benós
¡Hola vecinos! Cada territorio tiene su cruz. A Salobreña le ha tocado que Macarena Olona se haya emperrado en ser ‘Macarena de Salobreña’ sin ser Macarena de Salobreña. Sin pensar siquiera si a los sanlobreñeros/ras les hace ilusión que una tal ‘Macarena de Salobreña’ vaya dando teatrales gritos de guerra por ahí. Salobreña, en su mayoría electoral, comparte alma socialista y naturalizar a una versión femenina de Queipo de Llano, que fue considerado ‘virrey de Andalucía’ cuando en realidad era de Tordesillas (Valladolid) -ese sitio donde se lleva en la sangre alancear cruelmente a un pobre toro bravo en la fiesta del Toro de la Vega-, naturalizar a un general sádico, digo, pues no gusta. Que Olona se autoproclame ‘Macarena de Salobreña’, tampoco entusiasma en Salobreña. Una no se convierte en andaluza sólo por decir ‘Graná’ en lugar de Granada y por ponerse una maceta en la cabeza durante la Feria de Abril. Hay que tener ángel y, ya lo siento, Olona ángel, lo que se dice ángel, pues como que no.
Queipo de Llano prefería alancear a rojos y, especialmente a rojas, durante el funesto alzamiento nacional aquel del 36 que tantas desgracias trajo. Naturalizar a un Queipo de Llano enterrado en la sevillana basílica de La Macarena es una vergüenza nacional. Mantener cualquier tipo de hilo de vinculación con Gonzalo Queipo de Llano -el que animaba desde Unión Radio Sevilla a violar a republicanas -‘estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen’-, constituye una tribulación para Tordesillas, para Sevilla, para Andalucía toda y para España. La orden del virrey de Andalucía sobre ejecutar a Federico García Lorca: ‘Dadle café, mucho café’ (C.A.F.E. igual a: ‘Camaradas, Arriba Falange Española’, de ahí lo del eufemismo de ‘dar café’), deja en muy mal lugar histórico al incitador a la violación en sus -también- teatrales arengas de la radio.
El general de Tordesillas que se hizo fuerte en Andalucía mediante el micrófono de Unión Radio Sevilla y la señora alicantina de Vox que se quiere hacer fuerte en el Palacio de San Telmo, primero gracias al micrófono de su escaño en el Congreso de los Diputados y luego a través de las alcachofas que le pongan delante en los mítines de Vox de cara a las elecciones andaluzas, comparten un algo indefinible en toda su dimensión, pero que más o menos se fundamenta en el avieso afán de mandar mucho sobre el noble pueblo andaluz, que no ha hecho nada para merecer semejantes desgracias. El uno, con las tropas moras. La otra, desde la semántica militar de pre guerra: ‘A sus órdenes españoles, sin novedad en el servicio. Ya hemos alzado la bandera, ahora toca defenderla’.
Si como escribo al principio, cada territorio carga con su cruz, Tarragona también enarbola la suya. La de un tarraconense que quiere ser norcoreano:Alejandro Cao de Benós de Les y Pérez. Cao es de Reus, pero ha conseguido la nacionalidad norcoreana, que mira tú lo difícil que es la cosa para un occidental. Afiliado al Partido del Trabajo de Corea -no hay otro allí, o sea que tampoco cuesta mucho elegir-, dispone hasta de uniforme del ejército norcoreano de Kim Jong-un, con sus condecoraciones y todo. Y ahora al parecer, como ya conocen los lectores del Diari, cuenta con una flamante orden internacional de búsqueda y captura por parte del FBI a causa de un presunto lío de criptomonedas de cara a eludir las sanciones por parte de EEUU al país donde gobierna con mano fofa pero dura el Brillante Camarada Líder tirando a gordito.
Cao de Benós se ha hecho norcoreano in pectore lo mismico que Macarena Olona se ha hecho in pectore de Salobreña, aunque no sé quién tiene más pectore de los dos. El tarraconense, como su brillante camarada líder, es uno de los escasísimos norcoreanos de tipología conocida como: pecholobo. O sea: recio. No hay gordos en Corea del Norte, que yo sepa sólo Kim Jong-un y Cao de Benós.
Es llamativo que dos personajes tan alejados en lo político -Olona de carpetovetónica ultraderecha, Cao seguidor del pensamiento Juche, ideología oficial en Corea del Norte (un marxismo-leninismo trufado de nacionalismo)- coincidan en ser de donde no son. No pasa nada, cada cual puede aspirar a ser de donde le venga en gana, faltaría más. Un tarraconés norcoreano, o una alicantina ‘de Graná’. La supuesta lejanía conceptual entre ambos, en realidad no existe. Los dos sueñan el mismo orden universal del pensamiento único, del lenguaje belicoso, enardecido y patriotero, de la teatralización dramática del Poder. Cao se viste de militar coreano. Olona se cambiaba de vestuario en el Congreso: para una intervención, de Morante de la Puebla. A la siguiente, de Piolín endemoniado. Mucho gesto, cero jundia. Puro teatro.