Fuego que nos pone los pelos de punta

De repente retumba en nuestras cabezas la palabra fuego. Nos acecha y nos recuerda que la sequía sigue ahí. Llevamos semanas diciéndolo. Llovía, pero no en el Priorat. Agua y más agua para cerrar el verano, decenas y decenas de litros en el Baix Camp o el Tarragonès. Pero allí se quedaba solo en tres. En diez, quizá. Pero nada. Siempre pasando de puntillas de la comarca que vive la peor sequía del país. Y todo en un momento crucial de grandes cultivos que peligran. Fuego. La palabra nos retumba de nuevo y las imágenes nos ponen los pelos de punta. Urbanizaciones confinadas, dotaciones y más dotaciones de bomberos, carreteras en el punto de mira, y una sensación de descontrol que nos recuerda inevitablemente las peores experiencias de los últimos años. Fuego. Otro incendio, junto a la Serra del Montsant y entre grandes terrenos llenos de vides centenarias. Fuego. Nos preocupan las personas, los cultivos, las casas, las fincas. También las causas que nos han llevado hasta aquí. ¿Mala suerte o negligencia? Los humanos, siempre los humanos, solemos estar detrás. Sea como sea, fuego, de nuevo. Otra vez. En el Priorat profundo. El verano está en su recta final, pero la sequía no. Y no olvidemos que el viento de estos días no pondrá las cosas fáciles. El sol y el viento, juntos, son imparables. Y con todo ello ha vuelto. Fuego.

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