El inexcusable proceso al 3%

Son dos planteamientos igualmente nauseabundos. El primero es desacreditar el proceso independentista con el sambenito de que sus promotores buscan una escapatoria a los procedimientos judiciales por corrupción que les acechan. El segundo es interpretar cualquier investigación, registro o detención sobre estos casos como un montaje o sobreactuación movida por la mano negra del Estado en su cruzada contra el soberanismo.

Los sumarios e investigaciones abiertos en relación al cobro de comisiones ilegales por parte de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) por las adjudicaciones realizadas por adminhistraciones públicas gobernadas por los convergentes –lo que se ha dado en llamar el caso del 3%– son tan necesarias y saludables como pertinentes, al margen del escenario político con el que coincidan. Todo lo que se ha venido conociendo del caso a partir del escándalo de Torredembarra constituyen indicios fundamentados de la presunta existencia de una trama de saqueo de dinero público cuyo beneficiario último podría ser CDCo estructuras paralelas al partido.

La aclaración de estos hechos es tan fundamental para construir un país serio como lo pueda ser cualquiera de los retos políticos que afronta Catalunya. Ypor supuesto, que quienes hayan intervenido, beneficiado o consentido paguen por ello si se confirma la existencia de delitos. Tan cierto es que en las investigaciones por corrupción en Catalunya ha habido zafias intoxicaciones por el aparato del Estado como que el juez de El Vendrell que investiga la trama del 3% tiene todo el crédito para continuar con su labor.

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