Siria en llamas: ¿estamos ante el fin de los ayatolas?
En los últimos días, mientras los rebeldes armados avanzaban a la velocidad del rayo desde el norte de Siria hacia la capital, Damasco, las imágenes publicadas en Internet mostraban estatuas de la dinastía Assad (que ha mantenido al país bajo su control autoritario durante más de 50 años) cayendo al suelo. Tanto si los rebeldes triunfan como si no, los expertos creen que la esperada lucha brutal por el control de Damasco, y por extensión de Siria, constituiría la confrontación más importante hasta ahora en la lucha por rehacer la región, que se desató el 7 de octubre de 2023 con el ataque liderado por Hamás contra Israel.
Los principales actores regionales (Israel, Irán y Turquía) tienen intereses en juego en el resultado, lo que significa que las repercusiones no solo afectarán a Oriente Medio, sino también a potencias globales como Estados Unidos y Rusia. Si la guerra en Gaza es la peor manifestación hasta ahora de la aparentemente intratable disputa entre Israel y Palestina, los analistas consideran que la lucha por Siria es una lucha mucho más importante para dominar una encrucijada regional que influye en todo Oriente Medio. Siria es el barómetro de cómo están cambiando las dinámicas de poder en la región. Los estrategas de Israel se refieren a Siria como el «centro de centros», que ha servido como conducto de suministro de hombres y armas a lugares como el sur del Líbano. Allí, Hezbolá, el principal aliado regional de Irán ejerció su influencia antes de que Israel diezmara las filas del grupo asesinando a su líder y a gran parte de su escalafón superior. Israel también lanzó ataques directos contra las defensas aéreas estratégicas en Irán.
La guerra ha matado a cientos de miles de personas y ha desplazado a millones. Las fuerzas leales a al-Assad han cometido, con diferencia, la mayor cantidad de atrocidades. Irán sabe que si pierde a al-Assad y su influencia sobre Damasco, habrá perdido el juego en su intento de fortalecer una media luna de fuerzas chiitas de poder desde Líbano hasta Irak y Yemen que puedan amenazar a Israel. No obstante, el viernes, Irán, después de más de una década de apoyo firme a Al Assad, ha perdido el control de Damasco. Estamos ante un cambio histórico de consecuencias imprevisibles.