Salvados por la campana, antes del corte de vías

Empieza la cascada de medidas, decisiones y propuestas para paliar los efectos del corte de vías por las obras en el túnel de Roda de Berà. A poco más de quince días del incio de la tormenta perfecta, poco a poco las reclamaciones del territorio van siendo escuchadas y asumidas por Renfe-Adif-Generalitat. Si decimos «salvados por la campana» es que creemos que la decisión a estas alturas siempre tiene un componente de precipitación. Otro gallo nos hubiera cantado de saber esto en mayo. No es necesario saber la envergadura de la obra y los detalles técnicos para decidir que Tarragona cuente con la misma targeta de bonificación que Lleida, Tortosa y Girona, para realizar el trayecto entre la capital catalana y nuestra ciudad con un precio bonificado. O con mayor frecuencia.

Es una decisión de justicia, de equilibrio territorial. Todos pagamos los mismos impuestos. Todos tenemos los mismos derechos. Otra de las medidas que hemos conocido es que finalmente Renfe ha decidido que Vila-seca y Cambrils cuenten con autobuses directos a Sant Vicenç de Calders. Era obvio que ambas ciudades necesitaban esta conexión por la demografía que tienen y para desatascar el más que probable caos en Tarragona (o en Reus, o en Salou). Cuanta más diversificación de puntos de partida, mejor. Otra cosa será la gestión de la estación de Sant Vicenç de Calders, que recibirá los autobuses de todos los puntos de partida. Esa es una cuestión caliente y candente. Unos dirán que más vale tarde que nunca, es cierto que el nuevo Govern se ha encontrado con poco tiempo para planificar y asumir esta problemática. Pero, poco a poco, parece que la reacción va en el camino correcto. Los usuarios, por supuesto, no van a estar contentos porque en esta situación es imposible estarlo. Y su indignación es más que legítima. Pero también hay que reconocer el esfuerzo de este último tramo. ¿Les habrá salvado la campana? Lo iremos viendo. La operación «salvar Tarragona» no está ni mucho menos asegurada.

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