Salvador Illa y la paciencia de la gente
Salvador Illa visitó ayer la comarca del Priorat. El viaje no aparecía en la agenda hasta unas horas antes pero no por improvisado es menos bienvenido. El nuevo president de la Generalitat insiste en visitar nuestro territorio y esto ya debería tenernos a todos en estado de alerta, porqué algo esta pasando en la plaça Sant Jaume y ese «algo» nos afecta a todos, desde Terres de l’Ebre hasta el Baix Penedés, de manera directa. El ojo que nos mira, es el ojo que debe propiciar soluciones a nuestros problemas. Y algo se debe reconocer a Salvador Illa en las pocas semanas que lleva en el cargo: Salvador Illa no deja de mirar hacia Tarragona.
Su visita a una comarca como el Priorat que sufre de forma aguda las consecuencias de una sequía pertinaz era absolutamente necesaria. Como necesario era recibirle con indignación y planteando las demandas históricas y urgentes. Salvador Illa no se esperaba menos. No creemos que busque la facilidad con sus viajes. Un político sabe que cuando la sociedad civil se organiza para recibirle, casi nunca es para entregarle un ramo de flores. Las medidas a tomar -que es lo importante- son urgentes. No pueden esperar a reuniones y encuentros. Deben ser aceleradas.
El agua, si no cae del cielo, debe ser transportad de alguna forma para asegurar la supervivencia del Priorat. El plan de choque autonómico, que será aprobado por el Consell Executiu el miércoles 25 de septiembre, se centra en tres puntos: un nuevo fondo de 70,8 millones de euros entre los propietarios de explotaciones afectadas por las sequía en Catalunya que se pagarán, como tarde, el próximo 31 de diciembre; se aceleran en más de un año los trabajos de la conexión de la Comunitat de Regants de Garrigues Sud con la Comunitat de Regants d’Aigües del Riu Montsant; y se llevarán a cabo actuaciones necesarias de limpieza, mejora y prevención de la zona afectada por el reciente incendio en Cabacés y Porrera. La indignación está más que justificada. La reacción rápida y concreta del govern es más que bienvenida. No es normal que tengamos que llegar a situaciones así de dramáticas para provocar la reacción política y las medidas necesarias. No es normal, pero no parece que exista alternativa. De momento, Salvador Illa va tener que regresar a menudo a Tarragona.