Querido ministro: aún esperamos su respuesta
Llevamos demasiados años esperando, querido ministro. La última reforma realizada en el Museu Nacional Arqueològic de Tarragona data de principios de la década de los noventa. Desde entonces, no se ha intervenido en el equipamiento. Con el paso de los años aparecieron goteras, no se instaló escalera de emergencia, el techo en mal estado, no existía sistema de climatización y el riesgo de deterioro de las piezas era evidente. Una sentencia judicial de 2014 hizo que la reforma del edificio se convirtiera en una obligación para el Ministerio de Cultura. Fue posible gracias a las denuncias de los propios trabajadores del Museo, quienes alertaron de sus pésimas condiciones laborales. Estamos a 2024 y seguimos esperando. Este fin de semana creemos imprescindible reabrir la caja de pandora para manifestarle, querido ministro, que su silencio hace que el retraso sea todavía más difícil de aguantar. Eso sí, también es cierto que hemos permitido que esto pase y la autocrítica es parte esencial en situaciones como esta. Le pedimos que se manifieste y ponga sobre la mesa una solución al problema. Queremos un museo de primer nivel. Nos preocupa y lo reivindicamos. Le confesamos que queríamos dedicarle una portada monográfica, pero la actualidad hizo que la tarde del sábado fuera de obituarios. Todo empezó con el mensaje en redes que alertaba del fallecimiento del rey del bocata de Tarragona, Eduard Boada. En esta edición publicamos una de las 243 crónicas que entregó al Diari a título póstumo. Una pérdida para la ciudad. Minutos más tarde, conocíamos la muerte del exconcejal de Salou Salvador Pellicé, expresidente de la asociación hotelera. Entró una esquela. Luego otra. La de Pellicé es también una gran pérdida. Apenas tenía cincuenta y pocos años y muchas tareas por delante. Por si no fuera suficiente para vestir de luto la tarde, llegaron de repente nuevas alertas al móvil: adiós al fundador de Mango, Isak Andic, en un accidente de montaña en Montserrat. Una tarde rara. Hemos cambiado la portada y ya no la tiene usted, Ministro, en exclusiva. Eduard Boada merece su presencia destacada. Era colaborador nuestro. Era un referente en Tarragona. Una persona que amaba su ciudad. Que luchaba por ella. También amaba su historia. Su cultura. Su patrimonio.