Más ayudas al coche eléctrico
Tarragona fue el año pasado la demarcación de Catalunya donde más creció la venta de vehículos electrificados, al pasar de 820 a 1.107 turismos y todoterrenos. Sin embargo, las cifras son muy bajas. La provincia no es una excepción en España.
Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), las ventas de coches eléctricos no llegan ni al 4% del total y si se le suman los híbridos enchufables, la cuota de mercado apenas supera el 9%, cuando en Europa la suma de ambos es del 21,5%. Si el crecimiento es tan tímido, no se podrán lograr los objetivos de reducción de emisiones y, además, los fabricantes de automóviles, una de nuestras principales industrias, sufrirán un grave retroceso en términos de competitividad, de empleo y de liderazgo.
Para revertir esta situación hay que actuar en varios frentes. Por un lado, la aceleración de infraestructuras de recarga públicas. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) preveía que, a finales de 2022, España contara con 45.000 puntos de recarga, 28.435 más de los que había en el tercer trimestre de 2022.
De hecho hay estudios que indican que el 39% de las personas que no compran un vehículo eléctrico no se animan por la falta de puntos de recarga. En segundo lugar, hay que mejorar los planes de ayuda y una fiscalidad equiparable a la europea para fomentar y hacer asequible la compra de vehículos eléctricos.
En los países líderes en movilidad eléctrica si se compra un vehículo electrificado la subvención se descuenta directamente en el precio de la compra, algo que no sucede en España. Además de las ayudas directas a la compra, los fabricantes consideran necesario también un cambio en la fiscalidad con incentivos a través del IVA, el impuesto de sociedades y el de renta.
Si se prohíben los vehículos de gasolina y diésel de combustión en 2035, hay que trabajar ya en la alternativas.