La sequía y el regreso a las restricciones
La actualidad tiene eso. Tenemos en nuestras comarcas la zona cero de la sequía de nuestro país. Hace un par de meses era un tema de rabiosa actualidad. Los pantanos estaban bajo mínimos y luego llegó el aguacero de la dana, que hizo subir un poco más los porcentajes. Riudecanyes era uno de los municipios con restricciones, porque tiene un problema añadido en los niveles de unas sustancias del agua que tienen que tratar por culpa de la sequía. Menos agua, menos calidad. Así funciona. Un castillo de naipes que se va desmoronando. Hablamos de limitación del tiempo de ducha y garrafas para los vecinos. Unas medidas que hace unas semanas se levantaron. Parecía que regresaba la normalidad. Pero la sequía sigue ahí y las restricciones han vuelto. Garrafas de nuevo arriba y abajo. Y resignación.
Todo ello es un recordatorio inequívoco de los efectos que la falta de lluvias y la sobreexplotación de los recursos naturales tienen sobre nuestras comunidades. La sequía va mucho más allá, pero en esta localidad del Baix Camp, parece un cuento de nunca acabar. Ahora tienen que beber y cocinar con agua embotellada. Es crucial que entendamos que la sequía no es un fenómeno aislado ni transitorio, sino parte de un patrón que podría intensificarse si no tomamos medidas urgentes y decididas. La crisis del agua no es solo un problema local, sino global. Por ello, resulta fundamental que las medidas anunciadas –y otras que puedan añadirse, porque por ahora no es suficiente– se aceleren cuanto antes. El fomento de tecnologías de ahorro de agua, la mejora de infraestructuras de captación y almacenamiento, y la apuesta por energías renovables en la gestión de los recursos hídricos son pasos fundamentales para garantizar que la comunidad no dependa exclusivamente de las lluvias. A su vez, es indispensable involucrar a la ciudadanía en la educación sobre el uso responsable del agua, para que comprendan que el ahorro no solo es una medida temporal, sino una necesidad permanente. El sector agrario grita auxilio y es otro de los damnificados. Como la pesca. Su lucha tiene otro enemigo, pero el sector primario pende de un hilo. Urgen medidas. Urgen ya.