La seguridad de PortAventura
PortAventura reabrió ayer sus puertas con cierta normalidad, aunque el cierre de la montaña rusa Tomahawk, precintada para que los Mossos d’Esquadra puedan llevar a cabo la investigación sobre el suceso ocurrido el domingo, recordaba el accidente que se saldó con dos heridos críticos y otros 12 de diversa consideración –ya dados de alta–, cuando al parecer un árbol cayó sobre la atracción a causa del viento.
Lo primero, antes que cualquier otra cosa, es solidarizarse con los afectados y desear una buena y rápida recuperación a los heridos más graves, que se hallan ingresados en los hospitales de Bellvitge, en Barcelona, y Joan XXIII, de Tarragona, y enviar ánimos a sus familiares. A la espera de lo que pueda determinar esa investigación policial, todo apunta a un desafortunado siniestro motivado por un fenómeno natural que no debería sembrar dudas sobre la seguridad de las atracciones del parque temático que se halla entre Salou y Vila-seca, cuyos responsables aseguran haber revisado correctamente el estado de todos los mecanismos y cumplido los diferentes protocolos, como no podía ser de otra manera. Así lo corroboraban también los clientes que ayer volvieron con plena confianza al recinto y que fueron testigos de avisos de clausura de algunas atracciones precisamente para evitar posibles problemas ante la fuerza del viento.
Hay accidentes, como parece ser el del caso que nos ocupa, que son imprevisibles e inevitables, a pesar de las revisiones y de los esfuerzos por mantenerlo todo bajo control. Solo queda, pues, aprender que incluso lo más imprevisible puede llegar a ocurrir y extraer conclusiones que permitan reducir al máximo todos los riesgos, incluso los que, por provenir de fenómenos naturales, resultan más impredecibles. En todo caso, hay que dejar que la investigación siga su curso y aclare las causas del accidente. Un siniestro que, cabe insistir, no debe poner en duda el mantenimiento que reciben las atracciones de PortAventura ni la seguridad de un parque del que el año pasado disfrutaron 5,5 millones de personas.