La línea roja del aumento de 1,5 grados

El año 2023 no sólo va camino de ser el más cálido del que se tiene registro, sino que también batirá récords en concentraciones de gases de efecto invernadero y en retroceso del hielo en la Antártida, advirtió ayer la Organización Meteorológica Mundial (OMM) al inicio de la cumbre del clima COP28 en Dubái (Emiratos Árabes).

La agencia meteorológica de la ONU ha publicado de cara a la gran cita anual un informe provisional sobre el estado del clima que reitera todos los indicios negativos que se han advertido a lo largo de un año «con fenómenos extremos que han dejado un rastro de devastación y desesperación».

El informe incluso se aventura a predecir que 2024 será aún más cálido que 2023, ya que este año comenzó a influir en el clima global el fenómeno de El Niño, asociado normalmente a aumentos de temperaturas, y éstos suelen ser todavía mayores al segundo año de su comienzo.

Con este panorama, más de 70.000 delegados, una de las mayores cifras de los últimos años, se reúnen en Dubái hasta el 12 de diciembre para debatir y, sobre todo, acercar posiciones en mitigación, adaptación y, sobre todo, financiación. En los últimos doce meses, desde que la COP27 en Sharm el-Sheij (Egipto) cerró entre aplausos sus más de dos semanas de negociación, se han producido sequías extremas y prolongadas en muchos puntos del planeta, incendios devastadores, olas de calor históricas, huracanes fuera de temporada y muchas pérdidas humanas y económicas.

En las salas de reunión y en los corrillos que tendrán lugar en la Expo City de Dubái se repetirá continuamente la cifra 1,5 grados. Es la línea roja marcada en París para mantener el aumento de la temperatura media global con respecto a la era preindustrial. Sin embargo, este año ese límite se ha superado en un total de 86 ocasiones. Los gobiernos y los ciudadanos tenemos un gran trabajo por delante.

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