La Ley de la Amnistía y la normalidad necesaria

Amnistía a cámara lenta. Un titular de portada claro, informativo y que lleva a interpretaciones. Entra en vigor la ley de la Amnistía tras años de negociaciones, idas y venidas. Es un paso importante para dejar atrás el Procés e iniciar una nueva etapa. En general, la nueva ley tiene cómodos a los principales líderes de nuestro país. Ha sido el punto de encuentro tras años de confrontación. Es la convivencia. El pensar un proyecto común pese a las diferencias políticas. Ayer lo publicaba el Boletín Oficial del Estado (BOE) y formalizaba esta nueva etapa. Pero la justicia sigue a su ritmo y no lo pone fácil. El Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional ralentizan la aplicación de la Ley. No están de acuerdo con ella y las cosas no serán rápidas. De ahí el titular de la portada de hoy. El juez Llarena deja en el aire el regreso de Puigdemont y el tribunal del Procés pregunta si anula la inhabilitación contra Junqueras. Pero la sociedad catalana necesita pasar página. Que la justicia también esté por la labor y que el país pueda empezar de nuevo.

Mientras los jueces no acaban de verlo claro y ralentizan la aplicación de la nueva ley, vemos sus primeros efectos prácticos y cómo puede beneficiar y afectar tanto a unas partes como a otras.

Muchos imaginaban que la aplicación de la ley empezaría por algún caso protagonizado y solicitado por algún independentista. Pero no ha sido así. El primer juicio celebrado con la aplicación de la nueva ley tenía lugar ayer, apenas unas horas después de su publicación en el BOE, en la Audiencia de Tarragona. ¿El tema objeto del juicio? Agredir a un teniente de alcalde por haber colocado una estelada. ¿El lugar donde ocurrieron los hechos? Masllorenç. La petición de aplicación de la ley de amnistía, en este caso, fue solicitada por los tres presuntos agresores. Y es que la ley afecta a unos y a otros. Es importante pasar página, que siga su camino y que el país entre definitivamente en una dinámica de normalidad.

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