La educación necesita ir de la mano con la sanidad
El trabajo de las enfermeras escolares es fundamental para garantizar el bienestar físico y emocional de los estudiantes, pero su situación laboral se ve marcada por la precariedad y la escasez de recursos. Aunque algunas afortunadas logran desempeñar su labor a jornada completa, la mayoría de las enfermeras escolares se ven obligadas a repartir su tiempo entre los CAP y las escuelas, lo que implica una sobrecarga de tareas y una clara falta de personal especializado.
El rol de la enfermera escolar es todavía muy desconocido y no se limita únicamente a la atención de emergencias o a la administración de medicamentos, sino que abarca un amplio abanico de responsabilidades. Además, con la creciente inclusión de estudiantes con necesidades sanitarias especiales, como aquellos que requieren respiradores o sondajes, la demanda de atención se incrementa cada año.
Es aquí donde surge el primer problema: el tiempo. Y esto no solo afecta la calidad de la atención, sino que también incrementa la presión sobre las profesionales, quienes se ven obligadas a priorizar y dejar de lado otras responsabilidades también importantes. «Nos faltan horas», dicen, poniendo en evidencia la creciente demanda de atención por parte de los estudiantes.
La situación de las enfermeras escolares es solo una muestra más de la fragilidad que afecta al sistema de salud y educación en nuestro país. Si bien desde el Departament de Salut se ha anunciado que se aumentará la dedicación a los centros, la realidad es que esta medida es insuficiente si no va acompañada de un aumento significativo de recursos y personal. Las enfermeras no solo necesitan más tiempo, sino también un reconocimiento y apoyo por parte de la administración, que debe garantizar un modelo de atención sanitaria en las escuelas que sea integral, adecuado y accesible. Mientras que la sociedad avanza hacia una mayor concienciación sobre la salud y el bienestar emocional de los estudiantes, el sistema educativo y sanitario sigue sin proporcionar las condiciones necesarias para avanzar en esa dirección. La solución pasa por una inversión real en personal, tiempo y recursos, para que puedan cumplir con su crucial misión sin tener que sacrificar la calidad de su trabajo ni su propio bienestar.