Hard Rock, hipocresía y contradicciones
El proyecto de macrocasino y urbanización en Salou i Vila-seca, Hard Rock, fue el detonante de las pasadas elecciones al Parlament, cuyos resultados están en el origen de las trabajosas negociaciones para formar Govern. El ejecutivo de ERC cayó porque los Comuns no apoyaron los presupuestos, alegando que tras los números se escondía Hard Rock, cuya puesta en marcha había exigido el PSC para apoyar esos mismos presupuestos. Curiosamente, impedir Hard Rock es una bandera que han blandido tanto Esquerra, con la boca pequeña, como los Comuns, con exageración, para pactar ahora con el PSC la investidura de Salvador Illa. En todo este embrollo, alguien no dice la verdad o vende humo. La líder de los Comuns, Jéssica Albiach, festejó ayer el fin de Hard Rock, tal vez por encima de sus posibilidades. «No se hará Hard Rock», afirmó. El acuerdo, sin embargo, habla de «no facilitar», lenguaje ambiguo que permite tanto el pavoneo de Albiach como las declaraciones del alcalde socialista de Salou, Pere Granados, afirmando que un Govern con Illa es garantía de que el macrocasino se construirá. Queda en el aire alguna pregunta más. ¿Por qué los Comuns no aceptaron aprobar los presupuestos del Govern Aragonès por Hard Rock, y ahora han pactado con el PSC sin que la situación de Hard Rock apenas haya variado? Debe haber muchos motivos. Uno es que, con el PSC, tendrán cargos en el Govern y con Esquerra, no. Es legítimo. Los partidos existen para gobernar. Que nadie sensato se extrañe, sin embargo, no quita que se señalen las contradicciones y la hipocresía que contaminan la actitud de los Comuns. La ventaja de la democracia es que los ciudadanos suelen darse cuenta. Por eso, en las últimas elecciones al Parlament, los Comuns perdieron su único diputado por Tarragona en uno de los peores resultados de su historia. Curiosamente, ahora todo está en manos de la militancia de ERC, que puede devolver el golpe a los Comuns y frustrar sus tejemanejes. Emocionante.