Hacia la plena igualdad
Catalunya ocupa el noveno lugar en materia de igualdad entre hombres y mujeres en la UE, con una puntuación de 74,1 puntos sobre 100: 5,5 puntos por encima de la media europea –de 68,6–, según datos del Índice de Igualdad de Género de la Generalitat. Estas cifras llaman al optimismo, estamos en el camino correcto, pero todavía queda mucho trabajo por hacer para conseguir la plena igualdad.
No debe haber distinciones de ningún tipo. Por eso es tan importante conmemorar mañana el Día Internacional de la Mujer. El 8 de marzo es un día de reivindicación, de alzar la voz de las mujeres y defender su papel en la sociedad. Porque, pese a la concienciación colectiva, todavía hay diferencias que hay que salvar.
Por ejemplo, la desigualdad en el acceso al empleo y en el nivel de salario de las mujeres con respecto a los hombres ha empeorado en los últimos veinte años, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las mujeres también son mayoritarias en los empleos considerados «vulnerables», como los que realizan en sus propios hogares o cuando trabajan para algún familiar.
De todos modos, se han dado pasos importantes: el Diari publica hoy el caso de cuatro hombres que rompen con el estereotipo tradicional y escenifican la plena igualdad tanto en su vida personal como laboral. «No es ‘ayudar’, es mi responsabilidad», asegura un joven de 30 años que alterna con sus esposa todas las responsabilidades de su vida conyugal.
En esta dirección, el Gobierno ha aprobado el anteproyecto de ley con el que pretende impulsar la paridad en los centros de decisión del sector público y privado. Obligará a las grandes cotizadas –aquellas con más de 250 trabajadores y que superen los 50 millones de facturación– a que un 40% de mujeres ocupen puestos en sus consejos antes de que termine junio de 2024.
Hasta que la igualdad no sea algo natural y efectivo, el 8M seguirá siendo muy necesario.