Gisèle Pélicot, ejemplo de coraje y resiliencia
Una cuestión ha llamado poderosamente la atención en el inicio del juicio y es el hecho de que el mismo se celebre con carácter público a petición expresa de la víctima. En el ordenamiento jurídico francés, determina que los debates serán públicos, a menos que tal publicidad presente un riesgo asociado al mantenimiento del orden o las buenas costumbres, en cuyo caso el órgano judicial podrá decretar de manera motivada, y según su criterio, que la vista oral se celebre a puerta cerrada. Se trata de una regla general que se ve matizada en el propio precepto al establecer que en aquellos casos en los que el juicio trate sobre violación, tortura y actos de barbarie acompañados de agresión sexual, trata de seres humanos o proxenetismo agravado, el juicio deberá necesariamente celebrarse a puerta cerrada si la víctima –no el acusado– así lo solicita. La víctima tiene, por tanto, una posición prevalente para decidir si el juicio se celebra a puerta cerrada cuando nos encontramos con delitos de naturaleza sexual.
En el caso que nos ocupa, la víctima ha manifestado su voluntad de que la vista oral se celebre con una “publicidad completa, total, hasta el final” para que aquello que ha vivido sea conocido y explicado. En palabras expresadas por sus abogados, la violencia sexual no debe contar con el privilegio del silencio, la víctima no tiene por qué esconderse y la sociedad debe tomar conciencia de hechos como los acontecidos a través de la información proporcionada por unas actuaciones judiciales públicas. Sin duda, se trata de un escenario sorprendente, por la circunstancia de que sea precisamente la víctima la que haga caso omiso de las posibilidades de protección que le ofrece el ordenamiento jurídico francés y se exponga con ello al escrutinio público, en una sala de vistas en la que se practicará con toda crudeza la prueba obtenida. Gisèle Pelicot ha lanzado un grito, ha plantado cara. Quiere que todos sepan para evitar que vuelva a ocurrir. Merci madame, on est tous très fiers de vous.