Contratos de limpieza en el punto de mira
El contrato para el servicio de recogida de la basura y limpieza viaria es el más importante de un Ayuntamiento. Tres días después de que el Tribunal Català de Contractes del Sector Públic desclasificara del proceso a la ganadora del concurso público, GBI Paprec, ayer el gobierno municipal anunció que propondrá adjudicarlo a la segunda clasificada: Urbaser. Pero la historia no acaba aquí. Como mínimo una de las ofertantes –FCC- ha decidido recurrir a la justicia ordinaria, llamando a la puerta del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya. Este hecho no paralizará el contrato pero sí que hace planear sobre él una sombra de duda todavía mayor. Tener el mayor contrato de un ayuntamiento en los juzgados no da confianza a la ciudadanía. No olvidemos que en Tarragona, es el mayor de su historia (233 millones de euros) y hace meses que planean sobre él miles de dudas e interrogantes, con acusaciones cruzadas, sospechas y tramitaciones en el punto de mira.
Más allá de la necesidad de fiscalizar todas las gestiones realizadas y certificar que los trámites administrativos hayan seguido el proceso correctamente, lo importante es, sobre todo, garantizar un servicio óptimo para la ciudadanía. Y el miedo en estos casos es que el proceso tenga que reiniciarse, paralizando las mejoras que contemplaba y repercutiendo directamente en la limpieza de la ciudad.
Una crisis que está a la orden del día. Si en Tarragona el contrato puede saltar por los aires y empezar de cero, en Reus también tiene otro capítulo nuevo. FCC, la empresa que quedó en segundo lugar, ha decidido empezar una nueva cruzada y llevar la recientemente aprobada ampliación del contrato ante el tribunal administrativo que lo tuvo en las manos hace apenas un año y que ha tenido sobre la mesa el de Tarragona hasta ahora. Parece que nuestros contratos de la basura dan trabajo a este tribunal. Pero lo importante es que los procesos sean ágiles y que, sobre todo, el servicio sea la prioridad máxima y nuestras ciudades tengan, al fin, el nivel de limpieza que merecemos.