De Waterloo a Elna
Carles Puigdemont pone fin a más de seis años en Waterloo y se traslada al sur de Francia, a solo media hora en coche de nuestra frontera. Los mítines los hace en Elna, población sin resonancias napoleónicas, pero histórica, con 9.500 habitantes.
Albergó la Maternidad de Elna durante la II Guerra Mundial, entidad fundada por una enfermera suiza que ayudó a nacer a 600 criaturas de refugiadas españolas del franquismo y de madres judías y gitanas perseguidas por los nazis.
Con este traslado facilita los mítines presenciales y da el potente mensaje de que se acerca al objetivo de su regreso, que él llama restitución, un modo de poner entre paréntesis la presidencia de Pere Aragonès, además de la de Quim Torra, que ya se ponía así por méritos propios.