‘Lightyear’, hasta el infinito y más allá
Primer spin-off de ‘Toy Story’. A pesar de ser divertida y entretenida, no alcanza el listón que cabía esperar de Pixar
Tres años después de que se estrenara Toy Story 4, Pixar estrena su primer spin-off de la tetralogía animada más famosa de Disney y, por extensión, del mundo de la animación.
Lightyear es la historia definitiva del origen de Buzz Lightyear, el héroe que inspiró el juguete. La película cuenta lo que le ocurre al legendario Guardián Espacial después de que quedara atrapado en un planeta hostil a 4,2 millones de años luz de la Tierra junto a su comandante y su tripulación. Buzz intenta encontrar la manera de volver a casa a través del espacio y el tiempo y para lograrlo contará con un grupo de ambiciosos reclutas y con Sox, su encantador gato robot. Pero la llegada de Zurg, una presencia imponente con un ejército de robots despiadados y unos planes ocultos misteriosos, complica aún más las cosas y pone en peligro la arriesgada misión.
Esta vez Buzz Lightyear no necesita una motivación para ir más lejos y alcanzar las estrellas. El filme arranca con un buen despegue pero no alcanza su máxima velocidad de crucero hasta pasados los primeros 40 minutos. Es entonces cuando capta la atención del espectador pero sin entusiasmar al fan de la saga. Ciertamente, Lightyear no parece tanto la historia de los orígenes del personaje como un episodio intermedio de lo que debería ser la franquicia.
A ello se ha unido una polémica añadida: la de la censura en 14 países del mundo. ¿Por qué? Por con una ‘conflictiva’ escena para algunos países de Medio Oriente. El filme no llegará a los cines de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Líbano, Egipto, Malasia o Indonesia, entre otros. La razón no es otra que la aparición en la cinta de animación de una pareja de lesbianas besándose. Las autoridades de los regímenes musulmanes del Golfo han concluido que -pese a que la cinta se presenta como cine para la familia y la infancia- algunas partes del contenido «atentan contra los valores de la religión» islámica. En China también es muy probable que acabe prohibiéndose su estreno.
Pero volviendo al contenido central de Lightyear, el universo conocido en las anteriores entregas de Toy Story ha quedado ahora atrás para embarcarse en una epopeya sideral, aunque no especialmente brillante dado el alto listón que había marcado Pixar previamente. Gustará tanto a pequeños como a mayores -y ahí está parte de su encantador éxito- pero no consigue innovar y sorprender dadas las altas expectativas. Sin embargo, sí logra teletransportar al espectador a una aventura del tamaño de la empresa que acometen los protagonistas animados. Aunque a Pixar hay que exigirle más, mucho más. Seguramente hasta el infinito y más allá.
Nicolas Cage se interpreta a sí mismo en esta loca comedia de acción. La versión ficticia de Cage es un actor sin blanca que se ve obligado a aceptar una oferta de un millón de dólares para asistir al cumpleaños de un superfan excéntrico multimillonario (Pedro Pascal). Pero la situación da un giro inesperado cuando Cage es reclutado por una agente de la CIA (Tiffany Haddish) y obligado a estar a la altura de su propia leyenda para salvarse a sí mismo y a sus seres queridos. Con una carrera construida para este preciso momento, el actor ganador de premios debe asumir el papel de su vida: Nick Cage.
Cathy es una estricta chef de 40 años. Cuando está a punto de cumplir su sueño de abrir su propio restaurante gourmet, un revés hace que nada salga como había planeado. Con serias dificultades económicas a sus espaldas, Cathy acepta con reticencia un trabajo en la cafetería de un centro para jóvenes inmigrantes. Poco a poco, las habilidades de Cathy y su pasión por la cocina comienzan a cambiar la vida de los chicos, que también tienen mucho que enseñarle a ella.